El amor es sencillo (más que el odio)
y la verdad es sencilla (más que la mentira). Un bosque es sencillo
aunque nos perdamos en él, y perderse es sencillo aunque luego nos
encontremos, y encontrarse es sencillo aunque luego a uno le cueste
reconocerse en el espejo, y un espejo es sencillo aunque a su otro
lado se abra un bosque impenetrable. Una vida sencilla no caza leones
ni descubre las fuentes del Nilo, pero amansa las fieras interiores
y, al hacerlo, consigue que todos los ríos, por caudalosos y remotos
que sean, nazcan y desemboquen en nosotros. Una vida sencilla no
saldrá en las portadas de los periódicos, pero será, invisible y
secreta, el centro del universo.
Jesús Aguado