martes, 30 de septiembre de 2014

MIRAR CON BUENOS OJOS

Se puede mejorar la manera en que contemplamos el mundo y a los demás.
Ramón de Campoamor lo explicó como pocos en sus versos “Nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.
Es importante mirar bien para comprender la realidad, Si miramos mal, siempre nos engañará la vista o recibiremos una falsa información. Y para mirar bien hay que hacerlo con intención, atención y comprensión del otro.
Intentar ver lo bueno en los demás es captar con la vista lo positivo, observar y resaltar las cualidades más que los defectos y transmitir buenos sentimientos.
Dr Pablo Sanz (medico naturista)

lunes, 22 de septiembre de 2014

PONER LOS CINCO SENTIDOS

Estamos acostumbrados a hacer dos y más cosas a la vez -es más, admiramos a quienes pueden hacer muchas cosas simultáneamente-. Y a menudo nuestra mente sigue dándole vueltas a una ocupación anterior cuando de hecho nuestra actividad ya ha cambiado. Aspiramos a ganar tiempo, en una agenda frenética para aprovechar al máximo nuestra vida, o al meno eso creemos.
Porque lo que quizá no advertimos -y es natural, ¡estamos demasiado ocupados haciendo tantas cosas!- es que haciendo demasiadas cosas, en realidad, no hacemos nada. No vivimos nada de lo que hacemos, no experimentamos lo que es hacer una sola cosa. Saboreándola, sacàndole todo su jugo.
En definitiva, se trata de hacer las cosas con conciencia porque así en realidad lo que estamos haciendo es querernos un poco más a nosotros mismos.

martes, 9 de septiembre de 2014

UNA CAPACIDAD LATENTE

Hay personas que huyen de su silencio para no oír lo que no les gusta de sí mismas. Sin embargo, quien se da la oportunidad de observar lo que se dice así mismo puede entender cómo eso afecta a su forma de comportarse y de actuar en la vida.
Al atravesar esta primera fase se puede comenzar a reconocer lo que se piensa sin tener que luchar contra ello. Se empieza a descubrir entonces un espacio que lleva no solo a conocerse mejor, sino a estar más en uno mismo.
Se accede así a lo más puro de la esencia humana y al poder de reconciliarse con uno mismo y con el entorno. Las relaciones y las actividades cotidianas se tornan más fáciles y fluidas.
El silencio requiere una actitud de recogimiento interior que puede practicarse en los actos cotidianos. Ahí es donde realmente podemos hallar los silencios más valiosos, los descansos y las respuestas más sorprendentes.
Cristina Martínez Gómez (psicóloga)