
El cuerpo percibe y siente
constantemente, pero dado que el cuerpo no es la última realidad,
tampoco lo son las emociones. Cuerpo y emociones fluyen acompasados
dentro de la consciencia y por tanto, existe la posibilidad de ver
cada sentimiento como una entidad, observar su paso como el de una
ballena en el océano y su relación con los sentidos como el de un
pez con su comida. No es inevitable dejarse llevar por los
sentimientos, porque estos no son más que olas, movimientos en el
río de la vida. Por el contrario, se puede observar la energía que
contienen las emociones que pasan por el cuerpo sin dejarse arrastrar
por ella.
Para ello es útil repetirse
regularmente, que los sentimientos son como las olas, su influencia
sube, baja y pasa, para dar lugar a otro sentimiento. No somos lo que
sentimos.
Or Haleluya (profesora de yoga)