
¿a quién pertenece el regalo? - A quien intentó entregarlo.
- Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos,
cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los carga consigo.
Confucio.
Nos pasamos por la vida sin mirar, y cuando miramos, lo hacemos siempre hacia el mismo sitio. Centramos nuestra atención en las mismas cosas. Siempre metidos en nuestra rutina cotidiana. Y mientras tanto nos perdemos todo lo demas... Hay veces que los árboles no te dejan ver el bosque, pero si lo encuentras, solo tienes que elegir cuál camino escoger, su nombre, DESTINO.