Hay placeres que no cuestan un céntimo, pero lo que nos hacen sentir tienen un enorme valor; respirar el aire de la montaña o el mar, recordar anécdotas con viejos amigos, reír a carcajadas, saborear un taza de buen té o dormir tras un día exigente.
Nos pasamos por la vida sin mirar, y cuando miramos, lo hacemos siempre hacia el mismo sitio. Centramos nuestra atención en las mismas cosas. Siempre metidos en nuestra rutina cotidiana. Y mientras tanto nos perdemos todo lo demas... Hay veces que los árboles no te dejan ver el bosque, pero si lo encuentras, solo tienes que elegir cuál camino escoger, su nombre, DESTINO.
Hay placeres que no cuestan un céntimo, pero lo que nos hacen sentir tienen un enorme valor; respirar el aire de la montaña o el mar, recordar anécdotas con viejos amigos, reír a carcajadas, saborear un taza de buen té o dormir tras un día exigente.