lunes, 17 de marzo de 2014

EL PODER DEL SILENCIO

¿Qué buscamos cuando madrugamos para llegar a un sitio a contemplar el amanecer? ¿De qué hablamos cuando decimos que necesitamos un buen rato en la bañera para desconectar? ¿Qué mensaje escarbamos cuando nos desplazamos a lugares remotos y frios a vivir una aurora boreal? Tal vez no nos demos cuenta de que estamos a la búsqueda del silencio. Necesitamos recuperar el diálogo con nosotros mismos, que es lo que el ruido nos ha arrebatado. El silencio dilata el tiempo, así que con las interferencia auditivas también perdemos ritmo de vida.
Podemos ejercitar el silencio. De la misma manera que consideramos que el entendimiento con nuestra pareja o amigos es óptimo cuando los silencios son cómodos y no violentos, podemos buscar ratos de silencio para nosotros mismos. Entrenarlo de la misma manera que animamos a nuestros músculos a trabajar, o a nuestro cerebro a recordar conocimientos adquiridos. En un mundo presidido por el ruido.. podemos "citarnos" con el silencio una o varias veces a la semana, hacerlo como quien va al gimnasio y no dejarnos vencer por la pereza de combatir el estruendo que nos envuelve.