miércoles, 8 de enero de 2014

LA ATENCIÓN QUE PERDEMOS

Inmersos en la era de la distracción permanente, con dispositivos tecnológicos que nos saturan de información y nos acribillan con mensajes cortos y simples, perdemos capacidad de atención porque la atención se encuentra asediada por los artilugios tecnológicos que continuamente nos invaden con mensajes y noticias. Podemos estar conversando con una persona y ver cómo, de repente, deja de prestarnos atención y lee lo último que le ha llegado al móvil, tal vez un WhatsApp intrascendente. Esta actitud causaba perplejidad y enojo hace unos años; hoy nos hemos resignado a verla como algo normal. La necesidad compulsiva de estar pendientes de si nos llegan mensajes ya tiene un nombre: infobesidad.
Pero la atención es una capacidad clave en todos los aspectos de nuestra vida y entrenándola podemos desarrollarla. Es lo que nos propone Daniel Goleman en su último libro “Focus “.