La
gratitud es un sentimiento
gozoso que impregna todos los aspectos de la vida. Pero no es solo
una emoción, sino también una actitud que podemos desarrollar y que
nos hará mucho más felices.
Hazte consciente de
lo positivo en tu vida. Presta más atención a tu alrededor para que
puedas ser capaz de identificar y apreciar, de modo consciente, todos
los detalles por los que puedes expresar tu gratitud. Conectar con la
abundancia de tu vida, la de las cosas más simples. Se trata de
poner en práctica lo que nos decían de niños para cruzar la calle:
”Parar, mirar y continuar”. Pues párate un momento, aprecia de
forma consciente el instante actual, lo que estás haciendo,
pensando, sintiendo, y continúa con tu vida cotidiana.
La gratitud apela a
la abundancia. Cosas tan simples como no sentir dolor, respirar sin
dificultad, tener movilidad o disponer de la luz del sol y de agua no
debe darse por asegurado. De hacerlo, nos centraríamos en la falta,
incurriendo en la falta de negligencia de dejar de lado la
incuestionable abundancia en la que vivimos. La gratitud, lejos de
ser únicamente una emoción, es una actitud que adoptamos ante la
vida y que nos hace tener una mejor autoestima y una mayor sensación
de valía personal; incrementa nuestra consciencia ética, mejora
nuestros vínculos con los demás, ayuda a afrontar el estrés y la
adversidad, inhibe la comparaciones negativas con los demás, nos
estimula a adaptarnos a las nuevas circunstancias y nos ayuda a
combatir las situaciones negativas.
Rosa Rabbani
“doctora en psicología”