En la armonía de té
en Japón los participantes dicen ichigo-ichie para no olvidar que
aquel instante que están viviendo es único y que hay que
apreciarlo. Una filosofía que nos invita a todos a convertirnos en
cazadores de buenos momentos.
Como decía Marco
Aurelio en “Meditaciones” el drama de la existencia no es
morirse, sino no haber empezado nunca a vivir En ese sentido, el
icho-ichie es una invitación al “ahora o nunca” ya que, aunque
logremos vivir muchos años, cada encuentro tiene una esencia única
y no se repetirá. Tal vez coincidamos con las mismas personas en el
mismo lugar, pero seremos más viejos. Nuestra situación y nuestro
humor serán diferentes, con otras prioridades y experiencias a
cuestas.
Ichig-ichie
ediciones aguilar