Hay tres cosas que
dan un vuelco a las relaciones: pedir disculpas, agradecer y
perdonar. Hay consecuentemente tres expresiones mágicas: lo siento,
gracias, no pasa nada.
Cuando pedimos disculpas, casi siempre nos
sobra la segunda parte de la frase. Cuando damos las gracias, hemos
de evitar que suene a puro formulismo. Y cuando perdonamos,
nos hemos de asegurar que no humillamos.