El contacto con la naturaleza es una de las mayores fuentes de bienestar para las personas. Los últimos estudios en neurociencia indican que-o incluso verlos en fotografías-mejora la salud y favorece la recuperación tras una enfermedad, además de revelarse como un extraordinario estímulo para nuestra atención y creatividad.
Más allá de los beneficios del aire libre y del ejercicio, parece que la proximidad de la naturaleza, el contacto visual con "lo verde", puede provocar algunas modificaciones en la percepción y tener consecuencias en la salud de las personas. Los estudiosos de las neurociencias han empezado a investigar el impacto de la proximidad a elementos naturales sobre la conducta, el humor o la salud. Y las conclusiones a las que han llegado en los últimos treinta años no pueden ser más reveladoras.Esto abre la puerta a pensar que quizás algo aparentemente tan superfluo como el fondo de pantalla del ordenador pueda tener cierto efecto positivo sobre el rendimiento o la creatividad, e incluso también, como algunos aventuran, sobre el número de bajas laborales.
El hecho de que las investigaciones coincidan en los beneficios de la naturaleza porque nos ayuda a desconectar, a hacer más ejercicio o porque mejora las condiciones del aire, es una invitación a que urbanistas, gestores y políticos no pierdan de vista la proximidad de la naturaleza en loa planificación de las ciudades. En una escala más personal, acercar la naturaleza al espacio de trabajo contribuye también a trabajar de manera más cómoda y eficiente y, quién sabe, a no sentir tanto el efecto del estrés, lo que mejora las relaciones laborales y nuesto ánimo. Y eso no e es baladí, pues una tercera parte de la vida la pasamos trabajando.
Albert Figueras (autor de Pequeñas grandes cosas. Tus placebos personales)