Si hacemos el esfuerzo de buscar las virtudes de los demás, no solo sus defectos, abriremos la puerta a una relación más cordial y saludable.
Todos tenemos rasgos positivos y rasgos negativos. Siempre tendemos a ver solo los positivos en las personas que nos gustan pero, en aquellas que no soportamos, solo vemos lo negativo. No obstante, resulta saludable que, de vez en cuando, reencuadremos el retrato y contemplemos el conjunto; son personas que tienen defectos, pero también virtudes. Esto hará que las percibamos de forma distinta y que nos relacionemos con ellas también de otra manera.
Ver solo los defectos de alguien es como contemplar la mitad de un retrato. Aprender a mirar sus cualidades nos permitirá completar su imagen y reconciliarnos un poco más con ella.
PARA VER EL RETRATO COMPLETO* Busca qué virtudes me puedes reconocer, además de los muchos defectos que me tienes en cuenta. Busca cosas que realmente puedas admirar de mí y que sean importantes para ti.
*Concédeme la posibilidad de cambiar, o al menos de mostrar mi parte más positiva. Si sacas a relucir mis defectos, me los refuerzas. Si reconoces mis virtudes me das confianza para mostrarlas.
* Si me equivoco o si tengo un mal día, no estés al acecho. Dame una oportunidad y regálame tu silencio.
*Piensa que no es necesario que nos gustemos para tener una buena relación. Bastará con que nos veamos en todo el conjunto y que nos aceptemos.
*Y piensa que, si actuamos así, ambos acabaremos mostrando siempre lo mejor de nosotros.
Ferran Ramon-Cortés