Fíjate en los árboles: en otoño se tiñen de naranja, para después quedar desnudos y mostrar su estructura en invierno, y de nuevo renacer en primavera.
Como
los árboles , necesitamos volver al hogar, reencontrarnos con nuestro
esqueleto y alimentar el tuétano que nos permitirá expandirnos luego en
primavera. Como dijo Albert Camus, “En medio del invierno finalmente
aprendí que había dentro de mí un verano invencible”.
Vilma Montoliu