sábado, 2 de abril de 2016

LA IMAGINACION MISMA

Hay quienes ven la naturaleza como algo ridículo y deforme y aun hay otros que ni siquiera la ven. Pero a los ojos del hombre con imaginación, la naturaleza es la imaginación misma. Pongamos un ejemplo de uno de los seres más prodigiosos de la naturaleza, el árbol: “El árbol que hace llorar de gozo a algunos no es, a los ojos de otros, más que un objeto verde que se interpone en su camino”.
Al andar por las calles, unos se fijan en los escaparates y otros admiran los automóviles.
Pocos contemplan los árboles. Y sin embargo ¿no son un prodigio mucho mayor que cualquier invención humana? Un árbol produce oxígeno, absorbe dióxido de carbono, fija nitrógeno, destila agua, aprovecha la energía solar de un modo mucho más eficiente que nuestras placas fotovoltaicas, genera azúcares complejos, crea un microclima, se convierte él solo en una escultura policroma y cambiante, produce madera, nos da color mientra vive y nos da calor cuando se trasforma en leña, cambia de tonalidad con las estaciones y se reproduce solo... ¿No tiene inteligencia? Ninguna tecnología humana se acerca de lejos a semejante suma de maravillas.
Jordi Pigem (Dr. en filosofía)