lunes, 11 de febrero de 2013

EL TUNEL EN LA PARED

Así como en un gancho pintado en la pared sólo se puede colgar un sombrero también pintado, en una vida hecha de sueños sólo se puede soñar con ser feliz. A menudo parece que la felicidad real se nos esfuma, como la libertad al preso de este microrrelato:
"Dibujó un túnel en la pared y salió de la celda en un tren hecho de sueños."
Aquel túnel no le sirvió para salir de la prisión, aunque sí para evadirse de tanto en tanto de la cruda realidad. Probablemente, cada vez que se quedara mirando el túnel dibujado en la pared, se montaría en su tren y se marcharía muy lejos, quizá hasta su hogar. Esas fugas irreales le mantenían vivo y esperanzado; probablemente ésa era la única forma que tenía de sentirse libre; seguramente eso le hacía sentirse feliz.
Él mismo ha pintado el túnel en la pared de su celda, por eso sabe que la celda es real. A pesar de que quiere negar la realidad con todas sus fuerzas, la acepta. No le queda otro remedio.
No puede abrir un boquete en el muro y escapar; lo único que puede hacer es dibujarlo. Sabe que eso no le sacará de la cárcel, pero sí le ayudará a no perder la esperanza.
Tal vez aquel preso anónimo fue feliz porque contaba con la realidad y supo poner la felicidad ideal en su justa medida. Asumió su problema y lo intentó superar dibujando un túnel en la pared.