jueves, 25 de octubre de 2012

AGRADECER, CLAVE DE FELICIDAD

Dicen del agradecimiento que es la madre de las virtudes, el ingrediente básico de una vida plena y feliz. Una gran muestra de bondad.
 Cicerón dijo que la gratitud no es solo la virtud más grande, es también la madre de las virtudes. Practicar el agradecimento, a diario, es uno de los pilares de una vida satisfactoria. Las personas agradecidas son más felices y menos propensas a experimentar emociones como la decepción, el arrepentimiento y la frustración.
De todos los sentimientos humanos, la gratitud es el más sutil porque apenas reparamos en él.
¿Cuántas veces agradecemos el regalo de estar vivos, de haber nacido en un lugar donde reina la paz? ¿Cuántas veces hemos agradecido a nuestros padres su generosidad, sus desvelos durante nuestra infancia? "Entender la vida como un obsequio establece un compromiso constante de 
agradecimiento, sosiego y armonía."
Pero el agradecimiento nunca debe transformarse en una obligación. Sentirse en deuda no es lo mismo que sentirse agradecido. El agradecimiento implica gratuidad. Si damos algo a cambio, entramos en relaciones mercantiles en las que hay acreedores y deudores. Generosidad y agradecimento van unidos. Las personas agradecidas son generosas y capaces de reconocer en su entorno los motivos por los que son afortunadas, y, al mismo tiempo, son valientes para expresarlo.
Gaspar Hernandez
  "Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que constante y paciente, la sostiene en la sombra" Rabindranath Tagore