lunes, 17 de septiembre de 2012

UN PEQUEÑO GESTO QUE NOS ENGRANDECE

A todos nos ha sido dado el regalo de la vida. Todos podemos disfrutar de nuestras capacidades como seres humanos y de aquello que nos brinda la naturaleza. Y, también, todos somos vulnerables y tenemos necesidades que requieren la atención de otros. Por todo ello, debemos agradecimiento. Dar las gracias de corazón nos concilia con la vida y nos ayuda a apreciar todo lo que tenemos.
A finales del siglo xix, un campesino escocés, un hombre muy pobre, andaba por un camino cuando escuchó un grito que llegaba de una ciénaga: un muchacho se hundía en el barro. Le extendió su bastón y logró rescatarlo. Al día siguente, llegó a su choza un carruaje elegante. Era el padre del muchacho, un miembro de la nobleza, y venía a ofrecer una recompensa. El campesino la rechazó. El noble, al observar que el campesino tenía un hijo, se ofreció a costear su educación. Eso si fue aceptado. Años más tarde, el hijo del campesino se graduó en medicia en Londres. Su nombre trascendiría en el mundo: fue sir Alexander Fleming (1881-1955), el descubridor del la penicilina. Pero la historia no acaba aquí. Mucho tiempo después del episodio en el campo, el hijo del hombre poderoso-el mismo que había sido rescatado- enfermó de pulmonía y salvó su vida gracias a la penicilina. Sun nombre, Sir Winston Churchill.
Tal vez desconozcamos las fuentes de las que cada día bebemos, pero el agua que nos ofrecen es un don y, por ello, les debemos gratitud.
Sergio Sinay