Ante cierta situación, un joven le preguntó a la vida:¿por qué me está pasando esto? y le respondió el silencio.
Tiempo después vovió a preguntar:¿ Por qué precisamenta a mí? Y el respondió el mismo silencio.
El joven insistente volvió a cuestionar. ¿Que sentido tienes todo esto? Y nuevamente el silencio fue la respuesta.
Finalmente el joven cansado de preguntar gritó al vacio:¡Vida! Crees que es muy rico preguntar y no encontrar respuesta, pues de ahora en adelante permaneceré en silencio para que seas tu la que preguntes.
Y entonces en ese preciso momento, empezó a escuchar las preguntas que le hacia la vida y se dio cuenta por qué precisamente a él le sucedía aquello y de cual era el sentido de todo eso.
Efrén Martínez.