Dejar de buscar y empezar a sentir.
Nos pasamos la vida buscando, ya sea vienes materiales o respuestas espirituales. Pero buscar presupone que hay algo que no está aquí ahora, lo que resulta frustante.
El secreto es que no hay nada que perseguir. La vida es un fin en sí misma, una gran ofrenda que hay que aceptar. Vivir el presente nos permitirá deleitarnos a cada instante.
El secreto es este; la vida, en realidad, no es tal. Es una ofrenda. Y esto es lo que ahora mismo nos está ofreciendo. Nos ofrece el momento presente, todo lo que está ocurriendo aquí, ésta presencia y esta vitalidad.
Nos ofrece todo un mundo aparente, lleno de imágenes, sonidos y olores en cuyo interior no hay absolutamente nadie.
Pero, a decir verdad, tampoco hay aquí ningún mundo. Lo único que hay es esto.
(Este articulo ha sido extraido y adaptado de "Una presencia muy presente, La liberación en la vida cotidiana", el último libro de Jeff Foster