domingo, 28 de noviembre de 2010

TODO TIENE UN PORQUÉ

¿No te has preguntado alguna vez la razón por la que has conocido a ese alguien tan especial? Muchas veces hay gente que piensa que es porque tiene que pasar, que es un mecanismo que tiene la vida para ayudarnos a alcanzar nuestras metas. En definitiva, parece ser ley de vida conocer a alguien especial en nuestras vidas. Lo más curioso es que nunca sabremos de antemano si la persona que acabamos de conocer es aquella que nos va a ayudar a dar un paso importante en nuestra vida. A pesar de esto, todo tiene una razón. No creo que esta esté dictada por la Divina Providencia o por un ente de similar naturaleza. Pero, cada uno de los elementos que componen nuestro entorno, incluso nuestra misma praxis esconde una razón de la que, en la mayor parte de las veces, no somos conscientes.

Por otro lado, siempre hemos pasado por situaciones bastante embarazosas que hasta nos pueden llegar a parecer injustas e innecesarias pero, si huimos de estas dificultades que la Vida nos plantea, no estaremos llevando a cabo nuestro cometido más importante: autorrealizarnos como personas. El hecho de tener que pasar por situaciones humillantes y desagradables responden a un factor ya citado: el hecho de que todo tiene una razón. En verdad, achacar todos los sucesos que ocurren en el devenir diario de nuestra existencia a otros factores como la suerte o la casualidad es una irresponsabilidad por nuestra parte pues no estaríamos siendo conscientes de nuestras posibilidades, al igual que si nos escondemos de las numerosas pruebas a las que nos somete la vida. Sin estas “pruebas” nuestra vida sería un camino de rosas y, por tanto, no tendría sentido vivirla pues el componente que realmente ha de estimular nuestras ganas de vivir es el enriquecernos y curtirnos conforme vamos lidiando con los distintos retos que nos propone la vida.
Otro punto que tenemos que tener en cuenta es que debemos aprender tanto de las malas experiencias como de las buenas pues esto nos hace mejorar como personas y también porque en la vida hay trenes que pasan solamente una vez y, si no llegamos a tiempo, podemos perderlos para siempre. Por eso pienso que la vida es algo que hay que vivir desde el mismo momento en que tenemos uso de razón hasta que llegamos al ocaso de nuestras vidas.  
“Vive la vida minuto a minuto, y encontrarás en cada uno de ellos un motivo por el cual conducirte en la forma correcta”.