La nostalgia es un estado de ánimo doloroso y dulce a la vez. Nos hace recordar momentos felices del pasado y, al mismo tiempo, nos hace saber que estos quedaron atrás. Sentir nostalgia, sin quedar anclados en ella, nos ayuda a tener una mayor comprensión de la vida y de nosotros, y nos ofrece la certeza de que nada es tan importante como saborear los momentos dichosos del presente.
Tiene una cara positiva, la que nos motiva a pasar a la acción y nos impulsa a llenar el PRESENTE de buenos momentos.
La nostalgia es como una proyección íntima y melancólica de una película con instantes de nuestra vida pasada: nos acordamos, sonreímos, pero sufrimos un poco también por el hecho de que ya solo sean imágenes y recuerdos.
El camino para salir de la nostalgia deliciosa sí es transitoria, pero peligrosa si se eterniza- es reflexionar un poco sobre ella y clarificarla. Si se queda en el "deseo de algo que no sabenos bien qué es", como la definía Antoine de Saint.Exupéry, el autor de El Pricipito, caminaremos a tientas a la hora de tomar decisiones. Pero si comprendemos su mensaje de que "lo que cuenta en nuestra vida es la alegría" y, gracias al impulso y a la energía de la nostalgia, nos volveremos hacia el presente (nuestra vida es aquí y ahora) y hacia la acción (vivir de nuevo momentos felices), entonces la nostalgia nos habrá ayudado profundamente.Christophe André
Su último libro es Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad.
