Hoy me planteé un dilema...qué es extrañar?
Y otro más rebuscado...quién merece ser extrañado?
Extrañar es necesitar que esa persona esté,
verla, sentirla, oírla o en su defecto, olerla;
es carecer de la presencia de quién nos reconforta,
es pensar y redundar en frases que dijo, en sonrisas que ofreció.
Es imaginar a la persona en nuestro mejor encuentro
y desear con ganas dolorosas, poder revivirlo.
Extrañar es lamentar no tenerla cerca;
es saber que está lejos, es convencerse que va a venir.
Extrañar es confirmar, cuán importante es esa persona
en nuestras vidas, confirmar que la modificaba, que me
hacía, de una forma u otra, ser quién soy.
Aunque esté cerca o lejos; aunque la vea mañana o nunca más.
Pero a quién extrañar..eso es complicado y simple a la vez.
Hay seres que se ganan esta sensación que te duele cuando
faltan y otros que extrañarlos es sufrirlos y lamentar que no
se merecen que uno se entristezca cuando ya no están.
Extraño a quien, conmigo, es sincero y se interesa;
extraño al que me quiere, al que le confió y al que confía.
Extraño al que por desgracia falta y me hacía tanto bien;
pero también extraño al que tan mal me hacía y alguna
vez, por inocencia o desgaño, dejé que se gane mi amor
sin calcular cuánto me hería su presencia, que no le importaba.
Sólo uno sabe a quién extrañar y cuánto extrañarlos.
Sólo uno sabe si te hizo o hace bien, pero a veces uno es
tonto y se miente, todos lo hacemos a veces.
Yo me quedo con el que extraño cuando me dice adios!.
Que apenas se va ya me hace falta y cuando llega lo confirmo...