jueves, 5 de julio de 2012

APRENDER DE LOS ARBOLES

El interés, cuidado y amor por los árboles es una fuente inagotable de valores para un mundo mejor.
El árbol es un símbolo poderoso que aparece en numerosos relatos sobre la creación. Las religiones lo han reverenciado. El Buda se iluminó bajo una higuera sagrada, y la Navidad se celebra en torno a un abeto.
Se dice que las selvas pluviales son los pulmones del planeta. Las selvas absorben cantidades prodigiosas de dióxido de carbono, fijan el carbono y generan oxígeno, que luego liberan a la atmósfera. Esto lo hace
cada árbol, lo mismo que, al respirar, cada persona produce dióxido de carbono, que el árbol utiliza. Mantenemos una relación de reciprocidad con los árboles. Sin embargo, al tiempo que las selvas tropicales y los bosques van desapareciendo a ritmo vertiginoso, el número de seres humanos crece. El calentamiento global está relacionado con el incremento de dióxido de carbono, metano y otros gases de la atmósfera que los seres humanos producimos. Cuantas más personas y menos árboles haya, mayor cantidad de dióxido de carbono habrá en la atmósfera, y más subirá la temperatura.
Cuanto más profundizamos en el mundo de los árboles, más conocimientos adquirimos, desde arqueológicos hasta místicos.  Y sobretodo, no olvidemos que de no ser por ellos no estariamos aquí.
Jean Shinoda Bolen autora de " Sabia como un Arbol"
"No creo que llegue a ver jamás un poema tan bello como un árbol"
Joyce Kilmer