martes, 3 de mayo de 2011

SER FELIZ EN UN MUNDO MEJOR


Todas las estructuras que hacen que el mundo de hoy sea insotenible han nacido y crecido en la mente humana -y es en primer lugar donde podemos trasformarlas.-. Tal y como declara el Artículo 1 de la Constitución de la Unesco, “dado que las guerras comienzan en las mentes de los hombres, es en las mentes de los hombres donde hay qu construir los baluartes de la paz”. También es en las mentes de los hombres y las mujeres donde hay que construir los baluartes de la sostenibilidad.

Nuestra plenitud personal y el bien común de la sociedad están mucho más ligados a valores intangibles -como las relaciones personales, la alegría de vivir, el tiempo libre y la creatividad- que a los bienes materiales. Como escribía Antonio Machado, “todo necio confunde valor y precio”.

Nuestra sociedad utiliza muchos más recursos de los que haya usado nunca otra cultura y, sin embargo, no consigue un nivel de satisfacción y plenitud claramente superior. Como señala el Dalái Lama, la incidencia de la ansiedad, el estrés, la confusión, la indecisión y la depresión entre aquellos que tienen sus necesidades básicas aseguradas muestra que nuestras verdaderas necesidades van más allá del consumismo y el materialismo.
“La felicidad está mas vinculada a la practica de valores como la solidaridad que a la posesión de bienes materiales.”

Sabemos que el bienestar verdadero no depende de la acumulación de posesiones materiales sino de desarrollar una vida llena de sentido en un contexto social cooperativo y en armonía con un entorno natural que mantenga su integridad. Para conseguir una sociedad sostenible, es necesario desvincular nuestra identidad de los bienes materiales (de basar la autoestima no en el tener sino en el ser,desarrollando una identidad màs participativa, más fluida y más consciente de nuestra interdependencia con el resto del mundo.
Una de las manifestaciones más fructíferas del amor es la gratitud. Podemos sentirnos agradecidos por vivir en este mundo que desborda nuestra comprensión, y por vivir en este momento histórico, con sus retos y oportunidades. Los valores que sirven de antídotos a las dinámicas insostenibles de hoy son tambíen los que contribuyen a la verdadera felicidad personal y a la cohesiòn social. No se trata de escoger entre sostenibilidad ambiental, armonía social y plenitud personal. Nos encontramos en una encrucijada en la que todo lo que contribuye a la responsabilidad global, social y ecològica contribuye también al bienestar personal. El verdadero bienestar es estar bien, contigo y con el mundo. Y fluir con lo que pide cada momento.
Apuntes basados en el libro de Jordi Pigem “Valores para un mundo en transformación.