domingo, 1 de mayo de 2011

LAS MADRES SON HADAS


Las madres son hadas, son ángeles, son diosas, son creadoras… Hacen desaparecer nuestros miedos con sus grandes alas blancas, borran nuestras lágrimas con su sonrisa y cuando estamos perdidos en la oscuridad emiten una luz radiante y fuerte que nos hace ver el camino con mayor nitidez, permitiéndonos seguir sin tropezar. La conexión que las madres crean con sus hijos empieza desde el momento en que nos encontramos en su vientre y nunca termina. Es mágica, no contiene palabras ni frases; es única, es especial. Esa es la misteriosa razón por la cual siempre recibimos de ellas exactamente lo que necesitamos, cuando lo necesitamos y de esa misma forma nos acercamos a ellas cuando las vemos llorar en secreto. Por esa mágica conexión nunca estamos solos en la vida, la llevamos con nosotros desde el momento que empezamos a vivir hasta el más allá.

Estas mujeres magníficas tienen ojos que ven más allá del presente y utilizan sus visiones para impedirnos el dolor, pero a veces nuestra terquedad es aún más fuerte; luego cuando regresamos desilusionados nunca escuchamos de sus labios: te lo dije, si no, todo va a estar bien. ¡Y gracias a ellas así es!

Podemos hacer muchas cosas sin ellas, pero nunca es igual; siempre necesitamos sus palabras sabias, sus abrazos mágicos, sus sonrisas radiantes y su terquedad de madre.

Son tan fuertes que cuando ya no están en la tierra para hacer su papel de madre se transforman en hadas para darnos su amor por medio de hermosas rosas, para darnos sus palabras por medio de los susurros del viento, para abrazarnos por medio del vuelo de las mariposas y para darnos sus sonrisas a través del arco iris.