miércoles, 27 de abril de 2011

ESCUCHAR LOS CONFLICTOS

Cuando Javier fue a buscar a Ana, ella lo estaba esperando. Como siempre, llegaba tarde. Hacía tiempo que ella estaba dolida y sentía que él no la tenía en cuenta. Javier, al verla, sintió que entonces empezaba el fin de semana. Necesitaba relajarse a su lado. Ella entró en el coche y cerró la puerta bruscamente.
-¿Adónde vamos? -preguntó sorprendido.
-Me da igual -contestó Ana, segura de que javier ya había decidido lo que harían. -¿Quieres ir a tormar algo y luego al cine?
-Decide tú. Total, al final siempre hacemos lo que tú quieres... ¡Estoy harta! -replicó Ana.
Ana siempre dejaba que Javier decidiera lo que iban a hacer y, cuando lo hacía ella, proponía cosas que le gustaban a él. Javier estaba convencido de que Ana sugería lo que le gustaba a ella, y estaba encantado de que sus gustos coincidieran. Por eso, las palabras de Ana le parecieron injustas y exclamó:
-¡Cómo estamos! Yo solo quiero desconectar del trabajo. Pero si vamos a discutir, ¡me voy!
-¡Hablaremos hoy y las veces que haga falta!
-Si me quisieras más, te darías cuenta de que yo estoy mucho más estresado que tú -añadió Javier sin hacerle caso.
-Esto no es verdad. Lo que pasa es que tú eres lo más importante para mí y, en cambio, yo soy el último mono para ti...
Ana recordó con nostalgia lo inicios de su relación y no pudo evitar ponerse a llorar. Entonces, Javier la abrazó cariñosamente y dijo:
-Intentemos discutir menos. Yo te quiero mucho. Vayamoa al cine, ¿vale?
"Otra noche sin hablar", pensó Ana.

La solución de los conflictos pasa forzosamente por prestar atención a cómo el otro interpreta los hechos y al significado que les otorga. Tanto Ana como Javier creían que su interpretación era la correcta,  por lo que no se escuchaban verdaderaamente. Escuchar, tener en cuenta las necesidades, los sentimientos y los pensamientos del otro, así como expresar nuestro mundo interno parece sencillo, pero no lo es. Si en lugar de reprocharse su falta de amor, Ana y Javier hablaran de su deseos, sentimientos y pensamientos, podrían avanzar en el conocimiento personal y en el del problema que los separa. Y es que como decía Confucio:"La manera de salir es a través de la puerta. ¿Por qué nadie quiere utilizar esta salida?". Siempre estamos a tiempo de aprender a abrir puertas que nos permitan superar los conflictos.